El trabajo tiene un papel importante en la vida de las personas. El trabajo no es solo una fuente de ingresos, seguro médico y otros beneficios, también puede ser emocional y socialmente gratificante. Si usted ha sido diagnosticado con enfermedad renal , puede preguntarse cómo afectará su desempeño en el trabajo. Siga estos pasos para hablar con su empleador sobre su enfermedad renal.

Paso 1: Hable con su médico.

Su médico puede decirle cuánto tiempo libre del trabajo podría necesitar, qué tipo de adaptaciones podrían hacerlo sentir más cómodo y los efectos secundarios que podrían afectar sus tareas normales en el trabajo. Cuantas más preguntas haga y más entienda la enfermedad renal, más fácil será hablar sobre el tema con su empleador.

Paso 2: Reúnase con su supervisor directo.

Cuando su médico le dé una idea de qué esperar durante el tratamiento, estará mejor preparado para hablar con su supervisor directo sobre su condición. Juntos, busquen una solución y encuentren un equilibrio que funcione bien para usted y para su empleo.

Paso 3: Consulte con el departamento de Recursos Humanos.

Usted tiene derechos como empleado con enfermedad renal. Es posible que su empleador pueda hacer adaptaciones que lo ayuden a mantener su trabajo. Hable con su departamento de Recursos Humanos sobre cualquier papeleo necesario para situaciones como discapacidad a corto o largo plazo y licencia no paga con protección del empleo conforme a la Ley de Licencia Familiar y Médica (FMLA).

Paso 4: Hable con su trabajador social.

Cuando inicia tratamiento, se pondrá en contacto con un trabajador social. Asegúrese de hablar con el trabajador social si tiene cualquier problema en el trabajo debido a su enfermedad renal. Su trabajador social puede ayudarlo a encontrar soluciones para los problemas en caso de que surjan.